viernes, 22 de agosto de 2008

Las buenas noticias no son noticia

Sí, esta será una reflexión más motivada por la avalancha de reflexiones, opiniones, noticias, vídeos, fotos, cagadas y empacho de amarillismo en general que hemos vivido en España desde el momento del accidente del avión de Spanair. Pero mi reflexión no va para poner verdes a los medios ávidos de audiencia (como lleva haciendo el 90 % de la población mientras devora las imágenes de los fallecidos), ni a la sed de morbo de la población que alimenta a los medios, ni a los que no siendo medios podrían equipararse a esos animales que se nutren de los despojos de otros y, así, a la sombra del hecho evidente de que se trata de una noticia de gran relevancia, medran los programas sensacionalistas que, en ausencia de famosillos a los que destapar o achacar miserias, van a la caza de familiares, amigos o testigos que ahonden aún más en la llaga para expandir hasta el infinito un dolor que ya de por sí es infinito. Y más aún haciendo carnaza con especulaciones y acusaciones, que siembran dudas y hacen crecer la indignación donde, hasta que no se investigue y se revelen los datos de la investigación oficial, no hay nada más que ignorancia.

Como decía, aunque la gran tristeza por el accidente y la vergüenza por la exhibición pública de nuestra avidez de sangre es muy grande en muchos sectores de la población, no es esa la reflexión que quiero hacer.

Hoy mismo, en http://www.meneame.net/, entre decenas de noticias de diversa índole pero relacionadas con el accidente, y entre muchas más muy variadas, me llamó la atención una: La creación de una web para optimistas constructivos (http://www.elmundo.es/elmundo/2008/08/19/solidaridad/1219164259.html). Pero sobre todo me dio pena. Pena porque tiene todas las papeletas para no comerse un rosco. Tanto es así que la noticia apenas recibió meneos, 22 en concreto, y agoniza entre comentarios irónicos que acusan que algo así será como vivir en el limbo, fuera de la realidad, ya que se trata de la creación de una web donde sólo se pondrán noticias positivas, optimistas y que den un poco de sentido al mundo.

En el mismo espacio de tiempo, dentro de Meneame (es sólo un ejemplo, me consta que en muchos más foros era exactamente igual), la gente ponía el grito en el cielo pidiendo comprensión y quejándose de lo mucho que disfrutamos con las malas noticias, cuanto más sangrientas y desagradables mejor y, sin embargo, se reían de un espacio que anunciaba públicamente que buscaba favorecer un cambio de mentalidad en la sociedad y dar una “salida constructiva” (http://www.noticiaspositivas.net/).

Sinceramente, puede que la web sea un poco ñoña, puede que detrás esté la iglesia, los raticulines, los primos de “Amo a Laura” o sólo un grupo de gente que, harto de verdad de que las aperturas de los telediarios busquen el impacto a la boca y a los ojos de los hechos más brutales del día, quieren demostrar que el mundo no es un sitio tan horrible como parece continuamente que es. Me da igual quién lo haya hecho. Sea quien sea quien esté detrás de la página y cómo la plasmen al final, la idea debería cundir, debería tener éxito, debería…

No creo que sea salirse de la realidad ni vivir en el mundo de los ponis de colores ni del algodón de azúcar, igual que no creo que el ser humano sea asesino, torturador, violador, pederasta, estafador, abusador, especulador, extremista, machista, racista, etc. Pero es evidente que la balanza está muy, pero que muy desequilibrada, porque una buena acción no es noticia a menos que sea verano, se emita en un telediario de La 2 en hora de baja audiencia o la buena acción le cueste la vida al benefactor. La realidad es que hay miles de cosas que merecen la pena ser conocidas y no lo son porque a la hora de decidir qué vende más, qué le gusta más a la gente, los criterios están muy claros. La información no es un servicio, es un negocio. Y no busca formar al público, ni mostrar valores ni nada por el estilo. No es una denuncia ni una acusación, es una realidad. Y real es también que mientras las personas no tengan interés en cambiar sus intereses de noticias, eso será lo que sigamos viendo en televisión, porque nadie nos obliga a darle al botón y dejar de hacer zaping cuando damos con algo que nos interesa.

Como digo, las buenas noticias no son noticia, y me cuesta creer que cada día, en todo el mundo, la inmensa mayoría de los hechos que ocurren sean tan monstruosos. Hay buenas noticias, hay buenas acciones, hay logros pacíficos, hay historias de superación, hay miedos que se vencen y personas que, con su ejemplo y valentía, inspiran a otros a luchar sin sangre por lo que es justo. Sin embargo, cuando algo de esto llega a los medios, es para tratarlo como un hecho anecdótico, al que no se le da el seguimiento que se presta al resto de las cosas. Que no salga en los medios no hace que no sea real, sólo lo hace invisible.

Que se cree un espacio para que se puedan conocer estas cosas me parece una de las ideas más humanas y sensatas que se pueden tener. No es crear un mundo de fantasía donde refugiarse de la maldad del mundo. No es taparse los ojos, sino abrirlos, porque en medio del empacho general de muerte y sangre, también hay vida, mucha vida, y tenerlo presente puede que nos ayude a tener menos miedo. Y ver lo bueno, ¿no podría hacernos buscar lo bueno?