lunes, 19 de noviembre de 2012

Cuando...

Escrito por mi hija Laura Jiménez Gordillo



Cuando una hoja cae del árbol
significa que ha llegado su otoño.
Es vieja y muere,
pero muere para dar paso a una nueva vida,
un brote verde que vivirá hasta el otoño siguiente.
Sin embargo, no es esto lo primero que pienso.

Cuando veo caer una hoja,
si no simplemente en empezar a abrigarme,
debería fijarme más en estos hermosos fenómenos.
De ellos aprendemos mucho.

Si bien es cierto que, aunque el otoño
no suele gustarle a la sociedad,
la caída de una hoja
es una de las cosas más hermosas que podemos ver.

Imaginad. Imaginad conmigo el escenario siguiente...

Hace frío. Hace frío y viento. Pleno otoño.
Tengo toda una alfombra de colores cálidos, amarillo, rojo, marrón...
y ésta cruje bajo el peso de mi cuerpo,
y me fijo en un árbol. Un árbol al que sólo le queda una hoja.
Ésta se balancea. Caerá en cualquier momento,
y entonces me doy cuenta de su fragilidad
cuando se desprende con el peso de una minúscula gota de rocío.

Muere, pero parece que vive cuando el viento se la lleva,
Invitándola a bailar.
Se mueve, está viva, hace piruetas
y juega mientras desciende de la forma más frágil y fina.
Cuando está cerca de caer, el aire se la lleva de nuevo
en una última y definitiva danza.

Cuando termina, se deposita por fin, en el suelo,
formando parte de la superficie amarilla, roja y marrón
que cruje bajo el peso de mi cuerpo.

L. J. G.